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Conoce la historia del cemento 

¿Sabías que el cemento es de los materiales más utilizados en la construcción hoy en día? Su introducción representó una verdadera revolución para la humanidad y cambió por completo la forma en la que se crean hogares y levantan estructuras. Sigue leyendo para conocer la historia del cemento

Desde la época de las cavernas, nuestra especie se ha esmerado en crear nuevos espacios con mayor seguridad y protección, siempre pensando en garantizar un mejor estilo de vida. 

Este progreso en construcción se ve guiado por el deseo de satisfacer necesidades de vivienda y, más tarde, conforme la civilización se hizo más compleja, levantar construcciones para otros fines. 

La historia de la construcción en tiempos antiguos 

Investigaciones y descubrimientos nos conducen a siglos 5600 a.C. En estas fechas se erigió la construcción más antigua realizada en concreto de cemento: el suelo de una cabaña en Lepenski Vir, en lo que ahora es Serbia. 

Unos milenios más tarde, los egipcios utilizaban mezcla de arena con materia cementosa para unir bloques y lozas de piedra para sus asombrosas construcciones, algunas de las cuales todavía nos maravillan hoy en día. 

Mientras tanto, los griegos y romanos descubrieron que ciertos materiales volcánicos, mezclados con caliza y arena, producían un mortero fuerte, capaz de resistir al agua dulce o salada. 

Las grandes construcciones de Roma se hacían con fórmulas antiguas similares a la del cemento que usamos hoy en día, cuya mezcla se refinó a lo largo de los siglos. 

Ahora, obras tan icónicas como el imponente Coliseo, el increíble Panteón o los masivos acueductos son un recuerdo del ingenio romano. 

Siglo XVIII: el cambio se acerca 

Una de las construcciones más importantes en la historia del cemento se trata del Faro de Eddystone, en Gales, que entró en servicio en 1759. 

Para esta obra, el ingeniero John Smeaton decidió utilizar las mismas estrategias romanas para hacer cemento, tras el fracaso de dos edificaciones previas en el mismo lugar que simplemente no tenían la resistencia adecuada para la función que debían cumplir. 

Su faro fue un éxito y logró resistir a los demandantes azotes de las olas y los desgastantes vientos salinos. 

Eventualmente, un siglo después, el Faro de Eddystone presentó fallas y fue reemplazado por uno mejor que todavía se utiliza. La estructura original todavía se conserva en Plymouth como un monumento histórico. Mientras tanto, sus cimientos permanecen donde se construyeron. 

Portland: una revolución en la historia del cemento 

En 1824, la historia cambió. James Parker y Joseph Aspdin introdujeron la patente de un cemento hidráulico artificial, manufacturado a través de la combustión de caliza y carbón, al que bautizaron con el nombre de cemento Portland, un componente esencial del concreto hoy en día. 

El nombre se le debe a las piedras de la isla de Portland, cuyo color se asemeja al recién construido material. 

A los dos años, en 1826, se fundó la primera fábrica especializada para el cemento. 

Fabricarlo no era barato. Fue por esto que la aceptación del material fue limitada. Su uso no se disparó hasta que los procesos de producción se abarataron, permitiendo un alcance mucho más amplio. 

Isaac Johnson se dio la tarea de mejorar la manufactura al ajustar la temperatura de calcinación de los insumos. Al quemar caliza y arcilla formaba Clinker, para luego pulverizar el mismo y obtener un material ideal. 

Gracias a las mejoras de Johnson, aumentó drásticamente el número de fábricas de cemento Portland en toda Europa. 

Los aportes de otros grandes de la industria como Thomas Alba Edison, Louis Vicat, Henry Le Chatelier y W. Michaelis condujeron a la perfección del componente, al crear nuevas formas de calcinar y homogeneizar la calidad. 

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La historia del cemento, ahora 

Para el siglo XX, el cemento ya era un material clave para la construcción en todo el mundo, cambiando los panoramas de las ciudades y revolucionando la forma de vivir de las personas para siempre. 

Los grandes avances de la humanidad durante el siglo pasado le tienen una gran deuda a las bondades que el cemento aporta, ya que fue este material el que permitió la construcción de enormes obras imponentes en tamaño e increíbles en durabilidad. 

Los rascacielos que salvaguardan oficinas, departamentos y hoteles en todo el mundo, así como las infraestructuras urbanas masivas que nos ayudan a crear un mundo interconectado, existen gracias al cemento. Su impacto en nuestra civilización moderna no puede pasar desapercibido ni debe ser olvidado.


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